Recursos para los alumnos que buscan piso
¿Pueden los estudiantes encontrar un piso asequible y adecuado para sus necesidades sin dejarse un dineral ni acabar compartiendo habitación con media Barcelona? Desde 11Onze intentaremos dar cuatro pinceladas y consejos sobre las dificultades de independizarse y entrar en la vida adulta.
El estrés de la selectividad ya se ha acabado y, después de un merecido descanso, los alumnos entran en una nueva etapa: empieza la universidad, una fase de la vida en la que aprenderán sobre el sector en el que se quieren especializar y donde las dudas existenciales, lejos de desvanecerse, muchas veces se multiplican.
En estas edades y después de tantos años de esfuerzo, a menudo los jóvenes quieren aprovechar esta sensación de libertad y vivir nuevas experiencias, conocer amistades diferentes y, en definitiva, entrar de pleno en la vida adulta, independizándose de sus padres: empieza la busca del piso ideal. Esto último, sin embargo, puede resultar mucho más difícil de lo que parece.
El presupuesto: un bien escaso
Para empezar con la búsqueda lo primero que se debe tener claro es el presupuesto: hay que definir la cantidad máxima de dinero que nos podemos permitir desembolsar cada mes. Esto tiene una importancia capital, teniendo en cuenta que muchos estudiantes a estas edades o bien no tienen ingresos regulares, o bien los que tienen son muy exiguos.
Desgraciadamente, el precio del alquiler no será el único aspecto a tener en cuenta, sino que también tendremos que tener presente la distancia entre el piso y la universidad: de nada nos servirá el piso con el alquiler más barato de Cataluña si tenemos que perder cuatro horas al día en desplazarnos hasta clase! Seguramente la clave será buscar un punto intermedio entre estar suficientemente cerca de la universidad pero no en el centro de la ciudad, con suficientes medios de transporte disponibles, como por ejemplo, estaciones de metro o de tren.
¿Cuanto más seamos, más reiremos?
Aparte de la distancia hay otro factor que puede aumentar o disminuir el gasto mensual: el número de compañeros de piso. Obviamente cuantos más compañeros de piso tengamos, menos dinero por persona pagaremos, pero tendremos que tener en cuenta qué cantidad de personas dentro de la misma casa podemos llegar a soportar, puesto que demasiada gente compartiendo unos pocos metros cuadrados puede llegar a hacerse pesado, empeorando la calidad de vida. Y de igual manera, estar uno solo en un piso enorme puede hacerte sentir solo.
El tiempo es oro: empezar la búsqueda cuanto antes mejor
Una vez hemos decidido el presupuesto que podemos gastar en el alquiler, ¡toca empezar la búsqueda! Eso sí, podemos tener en cuenta unos cuantos consejos para que ésta sea mucho más eficiente.
Primero, hay que tener siempre presente el calendario: gran parte de la demanda de pisos de alquiler para universitarios se concentra, lógicamente, antes del comienzo de la universidad. Por lo tanto, es muy importante empezar la búsqueda antes de este periodo, así habrá mucha más oferta y podrás elegir y comparar. Si, por el contrario, empezamos a buscar piso en octubre, nos quedaremos muy probablemente con los pisos que no haya querido nadie, sea por un precio excesivo o por unas malas condiciones.
Agencia o contactos: ¿qué es más eficiente?
Una muy buena forma de empezar a buscar es, en lugar de mirar primero las agencias o los portales inmobiliarios de la red, preguntar a conocidos. Os haríais cruces de la cantidad de gente que prefiere alquilar a conocidos y decide no colgar su anuncio en internet. De este modo, aparte de ahorrarnos todo el proceso de búsqueda, quizás consigamos una mejor habitación por el mismo precio, gracias a la confianza que tienen en nosotros.
Por otra parte, muchas veces las universidades tienen una bolsa de vivienda donde muchos propietarios cuelgan sus ofertas. Así, muchos estudiantes se pueden ver beneficiados si encuentran una oferta que se adapta a sus necesidades, utilizando el mismo campus o web de la universidad.
En caso de no encontrar nada con ninguno de estos métodos, ya empieza a ser hora de utilizar las herramientas más tradicionales de búsqueda: las agencias inmobiliarias o los portales web, muchos con su propia app. Aquí tenemos infinidad de opciones, algunas de las más conocidas son:
Una vez hayamos decidido con qué piso nos quedamos, tendremos que firmar el contrato y ofrecer la fianza estipulada. Recordamos leer detenidamente el contrato para comprobar que no haya ninguna errata ni ninguna condición abusiva. Igualmente, es conveniente revisar el estado del piso y comprobar que se encuentra en la misma situación que dice el contrato (por ejemplo, si el acuerdo dice que las paredes están bien pintadas, comprobar que sea así). No estaría de más hacer algunas fotografías del estado general de la vivienda el primer día.
Por todo esto es necesario pensárselo bien y no tirarse a la piscina a la primera oportunidad que veamos: todos hemos oído o hemos sido partícipes de verdaderas historias de terror entre compañeros de piso, o de pisos de estudiantes que parecen más un vertedero de basura que una vivienda en condiciones. Está, pues, en nuestras manos evitar que acabemos siendo protagonistas de una de estas historias.
¡Mucha suerte con la búsqueda!
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Molt bon article, amb molt bones recomanacions.
Sí Manuel, ja saps que ens agrada nodrir la nostra comunitat de coses i aportacions que arribin a tothom i per tothom. Gràcies pels teus comentaris!😀
👏
Gràcies, Daniela!😉
👍
Gràcies, Joan! Ens veiem per La Plaça!
El que a mi em funcionava per a llogar pis a estudiants era posar anuncis a la mateixa UAB, parades de bus, a l’entrada de les facultats, dins les cabines telefòniques, i sobretot, sobretot, als bars de les facultats 😄
Quanta raó Laura, no sé perquè serà, però els bars de les facultats són dels llocs més concorreguts de la universitat.
Quina bona informació ja m’hagués agradat tenir això quan vaig estudiar
Bones, Alícia, sí, ara disposen de molta informació que els és útil. I tornar aquella època tampoc estaria gens malament. 🙂