Diamantes de laboratorio, el lujo sostenible
La nueva tendencia mundial que democratiza el acceso al lujo desde una visión sostenible y responsable con el medio ambiente.
Los laboratorios del siglo XXI han conseguido imitar los diamantes naturales en un nuevo producto sintético que mantiene las características químicas, ópticas, térmicas y físicas de la piedra original. El producto final es prácticamente imposible de diferenciar a simple vista, pero el proceso de obtención sí que se diferencia, y mucho. Pero a pesar de mostrarse como una alternativa sostenible, el mercado de diamantes, sintéticos o naturales, sigue marcado por la controversia.
Estas réplicas se crean en un periodo de siete a diez días, posteriormente se cortan y se clasifican siguiendo los mismos estándares que los diamantes naturales. El Instituto Gemmològic Internacional reconoce estos nuevos diamantes e incluso los certifica, para garantizar que cumplen los requisitos para ser considerados diamantes sintéticos y no simples falsificaciones de diamantes.
El fin de los diamantes de sangre
El proceso de obtención de diamantes es uno de los más criticados históricamente, a causa de la relación directa entre su obtención y la explotación de recursos naturales. Se calcula que por cada quilate de diamantes se mueven unas 250 toneladas de tierra, más el drenaje ácido que hay que hacer para su extracción, y que, más allá del terreno, contamina aguas superficiales y subterráneas.
A esta problemática se suma la explotación de personas y la lucha de los países para acceder a estas minas estratégicas y de alto interés económico, que a menudo se encuentran ocupadas y militarizadas. Son los llamados “diamantes de sangre”, que a causa de su comercialización a países ricos, financian conflictos armados. El Proceso Kimberley, instaurado el 2003, es un compromiso firmado por 56 países, a fin de frenar la producción de este tipo de diamantes.
Actualmente, fruto de los acuerdos tomados por los países miembros, solo un 0,2% de los diamantes que llegan al consumidor final son diamantes de sangre. Aun así, el proceso de obtención y distribución sigue cuestionado en todo el mundo, en el que parece ser un conflicto con más intereses que soluciones.
De los diamantes falsos a los diamantes ecológicos
El año 1952 aparecen los primeros diamantes creados en el laboratorio a través del método HPHT (alta presión y alta temperatura). Desde entonces, han aparecido varios laboratorios y métodos que imitaban este mineral, siempre asociados al mercado negro y con el objetivo de conseguir imitaciones a precios más bajos.
En los últimos años, pero, el mercado de los diamantes ha evolucionado hacia una visión ecológica, que rechaza la explotación social y medioambiental sin renunciar al lujo asociado a los diamantes. Pero la controversia es debida a la cantidad de energía que necesitan los laboratorios para producirlos, un hecho común en cualquier industria, pero que cuestiona la etiqueta de sostenibilidad. Las fuentes de energía utilizadas, la cantidad de agua necesaria y la gestión de la distribución y los residuos pueden ser elementos clave para frenar este impacto.
Democratización de los diamantes para atraer público joven
La ecología y el precio (entre un 40% y un 50% más económico), son los dos grandes factores que han conseguido acercar los diamantes al conjunto de la sociedad, incluidas las personas jóvenes. Celebridades como Leonardo DiCaprio, Penélope Cruz o Meghan Markle se apuntan a la moda del lujo sintético en sus apariciones públicas e incluso marcas de joyas, como la danesa Pandora, se suman de forma radical: solo comercializarán diamantes sintéticos.
Así pues, se abre un nuevo escenario en que el mundo de los diamantes cambia totalmente de perspectiva. Pasa de la explotación a la conciencia ambiental, de los precios desorbitados a la ampliación de la competencia, y deja de ser un lujo al alcance de pocos para abrirse a nuevos públicos. La creación de diamantes sintéticos no supone, hoy por hoy, una masificación del sector, de forma que el producto sigue conservando un alto valor, pero por primera vez se sitúa al alcance del gran público.
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Gràcies per la informació amena i variada.
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Molt interssant i satisfactoria informació,Merci!
Gràcies, seguim.
Interessant per tindre’n coneixement i valorar-ho si es dona la situació.
Gràcies, Vicenç, són aspectes bons de conèixer i més sabent el que hi ha darrere.
En la mateixa línia proposo un article sobre els dispositius mòbils (smartphones) «de sang».
Gràcies, Pere. Ho tindrem present. Atent a La Plaça, aleshores!
Ok
Gràcies, Josep. Ens veiem a La Plaça!
Excel·lent notícia! Per diversos motius 🙂
Cert, Jaume!
Segurament per als neòfits, com ara jo,si em presenten un diamant natural i un sintètic, no sabré apreciar la diferència a simple vista
Però hi ha una cosa,que si es farà palesa,no serà un diamant de sang i a més respectarà els canons ambientals
Em recorda una mica a la lluita de les pells sintètiques contra la matança d’animals per aconseguir la seva pell
Un pas més d’avenç
Hola, Alícia, sí a poc a poc i amb les exigències dels clients anem canviant la indústria i els mercats. A vegades només cal una mica d’investigació per descobrir la veritat. Fins aviat
👍
Gràcies, Joan. Ens veiem a La Plaça!
És molt difícil valorar un diamant natural. El color, les impureses, talla…tot això fa que sigui molt fàcil que et prenguin el pèl. Amb els diamants sintètics suposo que això no passa, en aquest sentit són més fiables. Però no hem de oblidar que és un producte industrial i que si es millora la producció, també s’abaratiran.
Estic d’acord amb tu!
Molt interessant. Si no saps que existeixen els diamants sintètics no en buscaràs informació. Amb aquests articles es descobreix i s´aprèn una nova «cultura general». Gràcies
Estic amb tu Mercè!
Molt interessant l’article dels diamants!! Entenc que son els que “la gent del carre “ entenem com els de no veritat però bons !! Com les perles cultivades . No ho sàvia , m’agradat !!!
Jo també he après que eren els diamants sintètics Manel!