El coche eléctrico frena en seco
Los fabricantes de automóviles dan marcha atrás con el coche eléctrico frente a una ralentización de la demanda global y alargan la fecha que tenían programada para poner fin a la producción de vehículos con motor de combustión. Los altos precios, el recorte de los incentivos y la falta de puntos de recarga fiables han disuadido a los consumidores.
Desde que en febrero de 2023 la Unión Europea ratificase la legislación que prohibiría, a partir de 2035, la venta y matriculación de todo vehículo que emitiera emisiones de CO₂, como pilar central del Pacto Verde Europeo, la realidad del mercado del automóvil eléctrico está forzando un cambio de rumbo que pone en entredicho la estrategia establecida para lograr los objetivos de reducción de emisiones.
Los coches eléctricos se siguen vendiendo, pero no se venden en los volúmenes que se tenían previstos. El último informe del Observatorio de Combustibles Alternativos de la Comisión Europea (EAFO) apunta que la penetración del coche eléctrico en la Unión Europea continúa siendo muy baja. Los vehículos ligeros con motores eléctricos e híbridos solo representan un 6,15% de la flota total, es decir, unos 18 millones sobre los casi 290 millones de vehículos que circulan por el territorio europeo.
Además, las matriculaciones de vehículos eléctricos están perdiendo peso en el conjunto de la Unión Europea. En el primer semestre del año, los vehículos puramente eléctricos representaron el 12,5% de las matriculaciones, mientras que el año anterior se quedaron en un 12,9%, según los datos de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA). Por otro lado, los vehículos híbridos enchufables han perdido 0,5 décimas de cuota de mercado, del 7,4% logrado durante el mismo periodo de 2023, han pasado al 6,9% de este año.
Los datos de ventas de coches eléctricos del mes de junio siguen esta tendencia, perdiendo un 1% de su cuota de mercado, mientras que las matriculaciones de vehículos híbridos enchufables cayeron hasta un 19,9%. Se trata de una ralentización significativa del mercado del vehículo eléctrico cuando teniendo en cuenta que el total de las matriculaciones —vehículos eléctricos y de combustión— durante este mes aumentó un 4,3%, y un 4,6% en el conjunto de los primeros seis meses del año, respecto al mismo periodo del año anterior.
Las ventas de vehículos eléctricos no solo han caído de forma generalizada en toda Europa. En el primer trimestre de 2024, los Estados Unidos experimentaron un descenso del 7,3% en las ventas totales de coches eléctricos en comparación con el cuarto trimestre de 2023. Solo el continuo crecimiento del mercado automovilístico de China, que representa el 60% de las ventas mundiales de vehículos eléctricos, está invirtiendo esta tendencia a la baja.
Cuando no salen los números
Después de invertir miles de millones de euros en el desarrollo de nuevas plataformas eléctricas, marcas como Ford, General Motors, Mercedes-Benz, Volkswagen y el grupo Stellantis han alertado que han experimentado un descenso significativo de los pedidos de vehículos eléctricos.
La respuesta de la industria del automóvil no se ha hecho esperar, y ya hace meses que están anunciando recortes de producción, cierres de fábricas y un replanteamiento de su objetivo de convertirse en fabricantes de vehículos puramente eléctricos antes del final de esta década.
En este contexto, el Grupo Volkswagen ha desestimado la posibilidad de abrir una nueva planta en los alrededores de Wolfsburg, como estaba previsto, y ha avisado del posible cierre de la fábrica de coches eléctricos de Audi en Bruselas. Mercedes ha cancelado el desarrollo de una nueva plataforma eléctrica para concentrar sus esfuerzos en nuevos vehículos más asequibles y con motor de combustión.
Pero la industria europea juega contra reloj, 2035 es la fecha tope para vender vehículos de combustión y, hasta hoy, esta prohibición sigue en vigor. Sin embargo, esta normativa se enfrenta a la resistencia de varios frentes que cuestionan la viabilidad y el impacto de tal medida. La Eurocámara acordó una excepción hasta finales de 2035 para los fabricantes con pequeños volúmenes de producción anual y en cuanto a los combustibles sintéticos.
Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE), ha tildado “de error» la prohibición, después de las elecciones en el Parlamento Europeo y ha prometido que el partido debatiría su revocación «en los próximos días». No es la única voz entre los eurócratas que abogan por un acuerdo menos restrictivo y, en última instancia, en 2027 se decidirá si realmente se hace efectiva esta legislación.
De la teoría a la realidad
Los altos precios, el recorte de los incentivos y la carencia de puntos de recarga fiables han disuadido a los consumidores. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apunta a algunos de estos factores como principales obstáculos para la adopción masiva de vehículos eléctricos en el Estado español. Según el organismo, el uso de vehículos eléctricos es impracticable sin un lugar donde se pueda recargar diariamente a un precio económico, sea en casa o en el puesto de trabajo.
Por otro lado, los precios desorbitados de los vehículos eléctricos excluyen a los compradores con menor poder adquisitivo, es decir, a la mayoría de la población de nuestro país y de gran parte de Europa, que piden vehículos más asequibles. Por lo tanto, no es de extrañar, que el Dacia Sandero haya sido el coche más vendido en la UE durante el primer semestre del año, en detrimento del Tesla Model Y, que ha pasado de ocupar la primera posición en 2023 a la octava este año, con una caída del 26% de las ventas.
Otra fuente de problemas para el sector del vehículo eléctrico tiene que ver con las denuncias de obsolescencia programada. Desde baterías que, por su alto coste, no son ni reparables ni reemplazables, hasta actualizaciones de software que dan un control total a los fabricantes en detrimento de los talleres independientes y de los propietarios, limitan la vida útil de los coches eléctricos, dejan escarmentados a los usuarios y ponen en duda las credenciales ecológicas de este tipo de vehículo.
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Interessant article, gràcies
Gràcies, Carles. Celebrem que t’hagi agradat!
Un article amb una visió molt eurocèntrica. Europa i occident fan comèdia amb la protecció del clima. A la Xina els cotxes elèctrics han agafat una fortíssima embranzida des de 2019, any que el país es va convertir en líder mundial en share de vehiches elèctrics. BYD va adelantar Tesla el 2023 en vendes globals de cotxes elèctrics. Les companyies que citeu són de cotxes de combustió, de tota la vida, que han tret els elèctrics justets pel greenwashing a que ens tenen acostumats. Si voleu les proves de tot això, en aquest enllaç. La versió en català surt en pocs dies. https://www.caligramaeditorial.com/libro/Fosil-No-gracias?isbn=9788419995193
Més que una visió eurocèntrica, la peça se centra en el mercat Europeu perquè és el que més ens pertoca.
Estem d’acord amb el greenwashing polític, esperonat per interessos econòmics.
I sí, com s’explica a l’article, el mercat xinès és un altre món, degut, en gran part, a la subvenció estatal d’aquests fabricants de vehicles. Així i tot, dels 123 fabricants de cotxes elèctrics que hi ha a la Xina, només dos, BYD i Li Auto, són rendibles.
De fet, i sense deixar el greenwashing, les mateixes polítiques de subvencions estatals que han disparat les vendes de cotxes elèctrics a Noruega, l’únic que en aquest cas s’ha fet amb la venda de petroli. Irònic, eh?
En tot cas, sembla interessant el llibre. Gràcies per la recomanació i pel teu comentari, Jaume!
Es veia venir.
Totalment previsible, si més no pel que fa
a l’Estat Espanyol.
Cert. I s’estan disparant els preus dels vehicles de segona mà, menys si són elèctrics, que es desplomen. També totalment previsible.