La crisis: ¿soluciones simples a problemas complejos?
Ya estamos otra vez. La pandemia derivada del Covid-19 ha generado una crisis económica (aún germinando) que aseguran que será peor que la que sufrimos en 2008. Pero tal vez todavía estamos a tiempo de disminuir este impacto y exigir a quien nos dirige que aporte otras soluciones. Tenemos que ser aún más participativos en lo que nos afecte, aunque no nos guste
Cuando miramos los medios de comunicación y nos explican las posibles salidas de la crisis, uno llega a la conclusión de que una gran mayoría de los mensajes se refieren a recortes y a la necesidad de austeridad. Se hace énfasis en los excesos que entre todos hemos hecho, en el endeudamiento que hemos generado, que se ve que ha sido desmesurado, como si el infierno se hubiera situado en la tierra y todos hubiéramos participado en la bacanal.
Entonces, inmersos en una culpabilidad desmedida, entre todos nos vamos creyendo que estamos castigados a pagar la fiesta y purgar tanto desenfreno. Hasta un punto es cierto que una cierta contención, revisar el gasto y ahorrar cuando no hay vacas flacas parece bastante racional y de sentido común. Ahora bien, quedarse solo aquí y pensar que no se puede hacer nada más, me hace pensar en otra cuestión fundamental: nos tranquiliza a corto plazo creer en soluciones unilaterales en lugar de intentar cuestionarlas y encontrar otras.
Problemas grandes, soluciones conjuntas
Si le digo a una persona que solo hay una manera de hacer un lazo en un paquete de regalo, seguramente me acusará ser poco creativa y me hará observar que hay muchísimas formas de hacerlo. Me comentará que se ha de innovar y que el arte de hacer paquetes bonitos ha evolucionado. Que ahora, aparte de los lazos, se hacen nudos con cordeles, se ponen dentro de bolsas de papel reciclado y debatiremos sobre las múltiples opciones de la paquetería moderna.
Pero volvamos a hablar de la situación actual, y el mismo lazo de la austeridad, las recorta y desenvuelve el paquete de la crisis. Entonces miramos los datos del paro y parece que suben incansablemente. Miramos el cierre de empresas en Cataluña el primer trimestre de 2012 y ya son más de 10.000 las que han bajado la persiana. Vemos que las clases medias van perdiendo poder adquisitivo y muchas familias ya tienen más de uno de sus miembros en paro. Suerte que pueden recordar, nostálgicos, aquella bacanal que se ve que celebraron un día.
Seguramente sí que ha habido excesos, pero la pregunta es, ¿de todos? Quizás sí que hay que mirar el gasto y adecuarlo a la realidad de los ingresos ordinarios en una primera etapa. Ahora bien, ¿hay que seguir así para siempre? Creo que aquellas cosas que nos afectan deberíamos ser más críticos y cuestionar las propuestas de solución que recibimos como inevitables. Querer conocer la realidad es clave en el proceso de dirigir. Y aún lo es más cuando se trata de tomar decisiones que no son placenteras para quien las toma. Pero, es que además, hay que tener muy claro que nuestro conocimiento de lo que pasa, se basa siempre en unas percepciones que hay que ir mejorando a través de la aceptación de los hechos, practicando la humildad. Nunca tenemos el conocimiento completo de lo que pasa y, por lo tanto, siempre se hace necesario escuchar opiniones diferentes a las nuestras para hacernos una composición más realista.
¿Y si buscamos nuevas soluciones?
Las recetas no son siempre sencillas ni inmediatas y menos en tiempos de crisis y dificultades. Pero querer conocer la realidad, querer hablar con personas que no opinan lo mismo que nosotros, buscar la mezcla entre el entusiasmo y el pragmatismo, nos llevará bien seguro a valorar la situación de manera mucho más realista. Por lo tanto, a encontrar soluciones que no cumpliendo nuestras expectativas, seguro que nos ayudan a aprender a dirigir mejor en el futuro.
Quizás las soluciones alternativas se deberían discutir a fondo. Ya se empiezan a sentir expertos en economía y empresa que hablan de otras opciones. El profesor Vicenç Navarro hablaba de que el problema no es el PIB, sino que el Estado debe encontrar maneras eficientes de recoger los ingresos que le corresponden de manera proporcional a las grandes fortunas, evitando que huyan a otros países (problema similar que también tiene Grecia). Otros expertos alertan de que si no se empieza a facilitar el acceso al crédito a las empresas, la crisis empeorará. Al menos alguien intenta buscar alternativas más creativas ante tanto recorte que últimamente tenemos que escuchar como un mantra pesado.
El mensaje clave es que las personas debemos desarrollar nuestro criterio para decidir si lo que nuestros gobernantes dicen tiene sentido o no y tenemos que empezar por pedir otras alternativas a la solución, demasiado sencilla, de recortar. El mantra pesado del recorte debe sustituirse por coral de mantras que nos dejen de hundir en la desesperación actual.
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Cert, les solucions simples resolen la crisi(o els canvis estructurals), el que deixa pales que amb un simple seguiment periòdic humà -enlloc de deixar que la bola es faci més gran- es resol la crisi.(fet, el de deixar q la bola es faci més gran, que es en la meua humil opinió el q ha passat a la crisi del sector públic des de la pandèmia, que junt a la absència de canvis estructurals durant l’època de tipus negatius, ha provcat que pugi la inflació, el tipus d’interés i pràcticament congelat la economia)
sí senhora!
👍
Gràcies, Joan! Ens veiem per La Plaça!
«El mantra pesat de la retallada ha de substituir-se per una coral de mantres que ens deixin d’enfonsar en la desesperació actual.»
Exacte aquesta es la millor conclusió prou de solucionar retallant hi han moltes altres solucions
Cal aprendre i aportar
Gràcies
Tens tota la raó, Alícia. Per trobar noves solucions cal buscar-les! Si més no, intentar-ho.