Bodega Bouquet de Alella: tradición e innovación
Bouquet de Alella, se encuentra en la DO Alella. Es una bodega ubicada en una de las dos masías que tiene la propiedad, la Masía Can Boquet, del siglo XV, de estilo gótico, junto a la población de Alella. Los hermanos Cerdà están al frente de esta finca que ha estado en manos de la familia desde hace 14 generaciones.
Desde hace 5 siglos que la familia Boquet está al frente de las tierras situadas en el Maresme y el Vallès (DO Alella). Hace 10 años, después de ver cómo el trabajo dedicado a la tierra no era valorado, ya que el precio de la uva estaba muy bajo, los nietos de una Boquet, Toni Cerdà, viticultor y enólogo, y su hermana Teresa, economista, decidieron continuar el trabajo del padre de ir replantando viña y hacer vino-con la uva que producían parte de sus tierras- el embotellado y la comercialización. Esta idea les vino a la cabeza tras observar que vivir del trabajo vendiendo uva era difícil y que el futuro de la finca peligraba ante la fuerte presión urbanística que vive permanentemente la zona por la proximidad de Barcelona.
Una idea romántica
Teresa Cerdà dice que el proyecto nació de la visión romántica de mantener el legado familiar de Can Boquet. De hecho construyeron la bodega en la planta baja de la casa solariega del siglo XV, Can Boquet, que se encuentra rodeada de viñedos y desde donde se puede visionar el mar, tan presente en esta denominación de origen.
La producción que hacen es pequeña, de 35.000 botellas anuales, las cuales son consumidas mayoritariamente en Catalunya, concretamente en las comarcas barcelonesas y de Girona. Solo exportan una pequeña parte a Holanda. «Tenemos una producción muy pequeña» – comenta Teresa, quien añade que «hay mucha competencia y cuesta llegar al cliente porque hay buenos vinos en todas partes. Cada vez más, sin embargo, los vinos de casa son más apreciados. Aun así, es necesario que el consumo del vino de proximidad sea más extendido y bien entendido, porque nuestro trabajo no es solo hacer buenos vinos, sino cuidar el territorio. Como dice mi hermano, somos los jardineros de la comarca, porque mantenemos el territorio y damos forma al paisaje. Es fácil deducir que el nombre escogido para la bodega, Bouquet, es una clara evocación al nombre familiar Boquet, que se perdió con el linaje, cuando, siguiendo la tradición catalana, al haber una heredera, la pubilla, sus hijos dejaron de llevar el apellido de la madre.
Mar y montaña
Los viñedos de Bouquet de Alella están diseminados. Unos se encuentran al lado del mar, otros por encima de los 400 metros de altura y otros entre medio. «Esta diversificación de localización es lo que acaba dando a nuestros vinos un carácter propio, porque cada terruño, a pesar de tener plantada la misma variedad, da un toque diferente». La división en pequeñas parcelas, de las 14 hectáreas que cultivan, permite a los hermanos Cerdà, hacer una selección cuidadosa de las uvas de las que hacen dos gamas de productos diferenciados: «Tenemos dos clases de productos: el más general, que sigue unos parámetros muy parecidos de vinificación, y otro, que llamamos de micro vinificaciones», explica Teresa Cerdá, quien añade, que a su hermano le gusta explorar diferentes maneras de vinificar las variedades, lo que les permite obtener productos diferentes, con poca intervención, y que son muy naturales, como los vinos ancestrales. Las variedades que trabajan son las autóctonas de la zona. Hace años que su padre había plantado variedades internacionales, pero los hermanos Cerdà, solo han conservado la variedad Sirá, «porque se ha adaptado muy bien y es mediterránea» y han apostado por las variedades locales de toda la vida, como la pasa blanca, la garnacha tinta y el Mataró-Monastrell. Sus vinos, fruto de un trabajo a base de agricultura ecológica, junto con su localización concreta, con un terreno de arena, con inviernos suaves y veranos calurosos, cerca del mar, hace que sean suaves, ligeros y con un punto salino.
Cerca de Barcelona
La bodega se encuentra a 15 minutos de Barcelona. Esta proximidad les ha hecho creer firmemente con el enoturismo que han puesto en marcha desde la creación del proyecto. Aunque la pandemia ha reducido la presencia de visitantes, creen que el turista enológico debe ser uno de los puntales del negocio. Hacer conocer el trabajo que hacen, junto con la oportunidad que representa el hecho de ser un espacio natural tan cerca de la gran ciudad, que ha sabido resistir a la presión urbanística, los anima a trabajar en propuestas pensadas para las personas amantes del vino, la naturaleza y los productos de proximidad.
Los hermanos Cerdà hablan orgullosos del legado familiar y por eso trabajan la tierra pensando en el entorno y las generaciones futuras. Gestionan 60 hectáreas de terreno: entre bosques, cultivos y viñedos y tienen dos masías de alto valor histórico: Can Boquet de Alella, del siglo XV, donde tienen la bodega, y Can Boquet de Vilassar de Dalt, de origen románico, del siglo X. El lema que los guía es «Vive la tradición, experimenta la innovación».
¿Quieres ser el primero en recibir las últimas noticias sobre 11Onze? Clica aquí para suscribirte a nuestro canal de Telegram
Bravo
👍👍👍
Enhorabona per la bona feina.
Recomano el ‘Monastrell negre’
Gràcies per la recomanació
El meu pare compraba vins aqui
Molt contents que t’hagi agradat l’article i que t’hagi portat records, Esther. Moltes gràcies pel teu comentari.
Conec aquest celler, als dos gerrmans, les seves vinyes i el fantàstics vins que elaboren. El blanc A+ Boquet premiat per Vonari tasteu-los, boníssims👏🏼👏🏼
Molt bon consell Laura!! Sens dubte uns caldos molt bons. Ens trobem a La Plaça.
Molt be 👏👏👏👏
Celebrem que t’agradi Josep.
Jo només coneixia la masia dels Bosuet de Vilassar de Dalt. Ara a banda de la d’Alella tinc curiositat per tastar-ne els vins
La curiositat, Francesc, també és un gran ingredient dels vins i les seves terres. Gràcies.
La foto és impressionant
💛
Cada dia us supereu, avui a més més maridatges! gràcies Xavi
Molt encertat el Toni Cerdà quan diu que són els jardiners de la comarca
gràcies
Moltes gràcies , Mercè. Realment són jardiners, i altres coses, com canalitzar les aigües quan plou.
La cultura del vi ,la barreja de tradició i tecnologia és un món apasionant
Gràcies Alícia, tens raó, i sense la tradició moltes vegades no arribaria la segona.