Cómo calcular y reducir tu huella de carbono

Tras una reducción temporal provocada por la pandemia, la huella de carbono vuelve a crecer y el cambio climático se acelera. Individuos, empresas y reguladores pueden contribuir a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Veamos cómo está evolucionando y qué medidas contribuirían a mitigarla.

 

Solo las necesidades energéticas de la actividad humana generaron 36.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) en 2021, según la Agencia Internacional de la Energía. ¿Una referencia para asimilar la magnitud de esta cifra? Basta decir que toda la población mundial puesta en una balanza no alcanzaría los 400 millones de toneladas. Es decir, el CO₂ que emitimos en solo un año multiplica por cien el peso de toda la humanidad.

El dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero más abundante y que más ha contribuido al calentamiento global en las últimas décadas. Las emisiones directas e indirectas de este gas, junto al metano, el óxido de nitrógeno, el hexafluoruro de azufre, los hidrofluorocarburos y los perfluorocarburos, conforman lo que se conoce como “huella de carbono”. Se trata de un indicador ambiental acuñado en los años noventa para medir la contribución de la actividad humana al calentamiento del planeta.

La realidad es que estamos muy lejos de los objetivos marcados para detener el cambio climático. Los científicos advierten que las emisiones netas de CO₂ deberían reducirse a cero en 2050 si queremos evitar sus catastróficas consecuencias. El aumento de temperatura global lleva aparejados fenómenos meteorológicos extremos y una subida del nivel del mar a causa del deshielo.

Emergencia climática

La ONU estima que desde 1990 las emisiones de dióxido de carbono se han incrementado casi un 50 por ciento. De hecho, la Organización Meteorológica Mundial apunta que los niveles actuales de CO₂ en la atmósfera son similares a los de hace tres millones de años, cuando la temperatura media de la Tierra era 3°C más elevada y el nivel del mar se situaba muy por encima del actual.

Por ello, es lógico que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU incida en la necesidad de frenar el cambio climático. La fórmula pasa por tomar medidas que en los próximos años nos lleven a una economía baja en dióxido de carbono.

De hecho, la inmensa mayoría de países del mundo firmaron en 2015 el Acuerdo de París, un tratado internacional que pretende limitar el calentamiento global. Aun así, nuestra huella de carbono ha seguido creciendo. Las emisiones de gases de efecto invernadero solo se redujeron en 2020. Y la razón fue el parón económico que provocó la pandemia.

El informe Climate Transparecy Report estima que las emisiones de los países del G-20, responsables del 75% de los gases de efecto invernadero, volvieron a crecer un cuatro por ciento en 2022. China, India, Indonesia y Argentina ya están en niveles superiores a los de 2019.

Por zonas geográficas, China, Estados Unidos, la Unión Europea e India suman más de la mitad de los gases emitidos en la última década. En cuanto a actividades, las que producen más CO₂ son la generación de energía y calor (40%), el transporte de bienes y personas (20%) y la actividad industrial (20%).

Calcula tu huella de carbono personal

La cantidad de gases de efecto invernadero que genera cada individuo en su vida cotidiana al desplazarse, alimentarse y consumir recursos se conoce como huella de carbono personal. Para evitar un aumento de temperatura global superior a los 2ºC, The Nature Conservancy, una ONG medioambiental, calcula que deberíamos reducirla a la mitad antes de 2050.

Existen numerosas herramientas para calcular la huella de carbono personal. En concreto, la calculadora de la ONU tiene en cuenta aspectos como las características de nuestro hogar, el consumo de energía, el tipo de transporte que utilizamos diariamente, la cantidad de vuelos que realizamos, nuestros hábitos alimentarios y cuánto reciclamos.

Algunas medidas para reducir nuestra huella de carbono personal son apostar por un consumo responsable, moverse de forma más sostenible, moderar el gasto energético y rebajar la cantidad de residuos que generamos.

El peso de las empresas

Bastante superior a la huella de carbono personal es la que dejan las empresas en procesos como la fabricación o el transporte de mercancías. Es lo que se conoce como huella de carbono corporativa. De ahí la importancia de incidir en este apartado para reducir el calentamiento global.

Las compañías pueden reducir su impacto medioambiental mejorando su eficiencia energética o incrementando el porcentaje de energía renovable que consumen. También pueden recurrir a herramientas de compensación, como la inversión en proyectos medioambientales, el pago de impuestos verdes o la compra de derechos de emisión de CO₂.

Una tendencia en auge

Miles de empresas ya publican su huella de carbono, pero no todas la calculan igual. La mayor parte de las grandes multinacionales obvian las emisiones indirectas, aquellas que forman parte de su cadena de valor, pero no dependen directamente de ellas.

Un ejemplo paradigmático es el de Amazon. La presión de activistas e inversores llevó a este gigante del comercio online a hacer pública su huella de carbono por primera vez el año pasado. Sin embargo, se acaba de conocer que en su informe solo contabilizaba una pequeña parte de las emisiones generadas con sus ventas.

A diferencia de otros comercios, Amazon solamente contabilizaba el impacto medioambiental total de los productos propios, que suponen únicamente el 1% de sus ventas. La compañía no asume las emisiones generadas por el uso de un producto de otra marca una vez que sus repartidores lo entregan al cliente.

Un incentivo para la sostenibilidad

El gran impacto de la actividad empresarial en el medio ambiente ha hecho que cada vez más voces reclamen la obligatoriedad para las compañías de publicar su huella de carbono en los informes anuales.

Tanto es así que la Securities and Exchange Commission, el regulador bursátil de Estados Unidos, acaba de proponer que las empresas cotizadas en ese país tengan que revelar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y, muy importante también, que lo hagan siguiendo unos mismos criterios.

Según muchos expertos, obligar a las empresas a publicar su huella de carbono puede contribuir decisivamente a acortar el camino hacia una economía libre de emisiones contaminantes. Cada vez más inversores valoran las cuestiones medioambientales en sus decisiones de inversión.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Jaume JosaJaume Josa says:
    Jaume

    Fa 16 anys vaig ser conscient del gran repte que tenim els humans amb el canvi climàtic. Felicitats per aquest resum, força acurat. La mesura més directa, i necessària a aquestes alçades, és reduir fins a zero les emissions directes de cada persona i família. Xina té més emissions que Bèlgica, per descomptat, 1.400 milions envers 12. Les emissions es compten per càpita, fer-ho per països és seguir amb el neocolonialisme. Una empresa emet més que qualsevol individu, és clar, tot i que hi ha mil·lers més indivudus que empeses. Reciclar millor hi ajuda, tot i que serveix de ben poc si seguim cremant gas a la cuina i dièsel en el vehicle. Cal reduir emissions directes d’empreses i individus. Ara o mai, per què ja no hi serem a temps. Continueu en aquesta línia, ens motiva i can fer córrer la veu

    • Mireia Cano says:

      Gràcies per l’explicació, Jaume, molt interessant. En seguirem parlant a La Plaça! 🙌🏻

      Hace 2 años
  2. Daniela SimónDaniela Simón says:
  3. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  4. Josep RuaixJosep Ruaix says:
  5. alicia Coiduras Charlesalicia Coiduras Charles says:
    Alicia

    obligar les empreses a publicar la seva petjada de carboni pot contribuir decisivament a escurçar el camí cap a una economia lliure d’emissions contaminants. Cada cop més inversors valoren
    Estaria més que bé

    • AlbertAlbert says:
      Albert

      Tens raó, Alícia. Juntament amb les inversions ESG (Mediambientals, Socials i de Bon Govern) i les inversions d’impacte (que no tan sols compleixen els criteris ESG, sinó que, a més, provoquen un impacte mediambiental positiu), ara seria desitjable que aquesta iniciativa dels EUA s’estengués a tot arreu, perquè publicar aquestes dades obliga a fixar-se en la pròpia petjada de carboni.

      Hace 3 años
  6. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Gràcies per compartir aquesta info.

  7. Jordi MorenoJordi Moreno says:
    Jordi

    Moltes gràcies per aquesta informació. Es valuossísima👌

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