¿Qué es la deuda pública y por qué es importante?
Del mismo modo que solicitamos créditos y otros mecanismos de financiación cuando el dinero que ganamos no llegan para cubrir los gastos de nuestro hogar, es habitual que un Estado pida un préstamo cuando sus ingresos no son suficientes para afrontar sus necesidades presupuestarias. Te explicamos de donde sale esta financiación y las consecuencias de una deuda pública elevada.
La deuda pública o deuda soberana es el conjunto de deudas de todas las administraciones públicas de un Estado hacia inversores particulares u otros países, mientras que al saldo negativo que origina la necesidad de financiación se le conoce como déficit público. Es una forma de financiación que permite al país obtener ingresos inmediatos, cuando la recaudación de impuestos no es suficiente para cubrir sus necesidades presupuestarias, para devolverlos gradualmente a lo largo del tiempo.
A pesar de que las cifras pueden resultar sorprendentes, en sí misma, la deuda soberana no es ni buena ni mala. Los países pueden requerir financiación para inversiones públicas para así estimular el crecimiento de la economía, sin sufrir las consecuencias de subir impuestos o emitir más moneda propia.
Dicho esto, no es el mismo endeudarse para hacer una inversión que generará valor a la economía, que pedir financiación para cubrir un gasto descontrolado. Así mismo, hay países que son capaces de afrontar niveles altos de deuda por el hecho que los mercados financieros confían en su capacidad de pago, gracias a la estabilidad de sus economías o de su moneda nacional.
Financiación a través de títulos de deuda pública
En función de las necesidades de financiación de cada país hay diferentes modelos de emisión de títulos de deuda pública. El plazo de amortización del préstamo, a corto, medio o largo plazo, y las diversas modalidades de obtener intereses determinan las principales diferencias.
Las Letras del Tesoro tienen el plazo de reembolso más corto, de 3, 6, 12 y hasta 18 meses, por lo tanto, ofrecen un interés más bajo, que los Bonos del Estado, con un plazo de entre dos y cinco años, que además reparten cupones a los inversores, que irán cobrando de manera periódica.
Por último, los gobiernos pueden emitir Obligaciones del Estado con plazos de reembolso de hasta 30 años, pensados para inversores a largo plazo que buscan un retorno de intereses más elevados. Precisamente porque se trata de activos con un periodo de vencimiento tan largo donde el tipo de interés no dependen tanto de la política monetaria del Banco Central del país, sino de factores estructurales de la economía, son un buen barómetro del grado de confianza de los inversores en la futura estabilidad económica de un Estado.
Desequilibrio presupuestario y endeudamiento público desbocado
Las políticas de inversión pública expansivas a raíz del estancamiento económico provocado por la crisis sanitaria han disparado la deuda soberana de muchos países hasta récords históricos. Economistas y organismos internacionales muestran su preocupación por el elevado nivel de deuda pública global, que puede acabar siendo insostenible para las economías en desarrollo.
Es decir, la deuda es un instrumento necesario para el crecimiento, siempre que sea sostenible, pero la realidad es que las cifras de deuda pública en el mundo se han aumentado considerablemente en los últimos años, acercándose a las del PIB global, por lo tanto, están lejos de esta sostenibilidad. La deuda pública de España sigue marcando récords históricos, el último el pasado mes de agosto, cuando alcanzó una cifra de 1,49 billones de euros después de repuntar en 4.440 millones.
Los datos publicados por el Banco de España el viernes 21 de octubre en su último informe económico, apuntaban que en los últimos 12 meses se ha incrementado la deuda en 72.029 millones de euros más. Así mismo, Eurostat afirmaba que la deuda de la zona euro en el segundo trimestre también lograba una cifra récord de 12,1 billones de euros. ¿Cómo se paga todo esto?
Algunos analistas dicen que la deuda pública nunca se paga realmente, es decir, que nunca se reduce en términos absolutos porque siempre se va renovando. Incluso cuando un Estado quiebra, como pasó con Grecia el 2008, se renegocian las condiciones y se emite nueva deuda. A la práctica, pero, lo estamos pagando todos, de manera desigual. Cómo pasó en Grecia, paga más quien menos tiene, el que guarda efectivo en su bolsillo o en la cuenta corriente, que ve como su dinero cada vez pierden más valor.
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Molt agraït pel contingut que oferiu enhorabona nois seguim avançant per fer l’entitat catalana de futur.
El nostre agraïment a tu per apreciar-ho, Cristian!
👌
Gràcies, Daniela!!!
Gràcies!
Gràcies a tu, Joan!!!
Interessant.
Celebrem que li hagis trobat i que t’hagi agradat, Pere. Moltes gràcies pel teu comentari!!!
Excel·lent informació el que es diu «Estira més el braç que la maniga»i acaben pagant com sempre els de sempre
Com sempre. Moltes gràcies pel teu comentari, Alícia!!!
El que se`n diu posar-se la corda al coll, fer un crèdit per pagar un altre crèdit. No pot pas acabar bé. La diferència entre que ho faci un particular i una empresa o bé els polítics de torn és que aquests no acaben pagant-ho de la seva butxaca; a tot estirar, hauran de plegar i sempre tindran una altra feina assegurada.
Tota la raó del món, Mercè, així és aquest país… Moltes gràcies pel teu comentari!!!
Excel·lent 👌🏿
👍
Gràcies per la documentació👏👏👏👏👏👍
Gràcies a tu per seguir-nos i pel teu comentari, Jordi!!!