

El ejemplo de la banca comunitaria estadounidense
Con más de 4.000 entidades, la banca comunitaria mantiene un peso específico en la financiación del tejido productivo de Estados Unidos y sigue siendo un ejemplo de buenas prácticas. Su arraigo en las comunidades locales donde opera le sigue otorgando una ventaja competitiva fundamental respecto a la gran banca.
Se estima que en Estados Unidos la banca comunitaria es la responsable del 60 % de los préstamos a pequeñas empresas, más del 80 % de los préstamos agrícolas y el 43% de los concedidos por Internet.
Estoas bancos suelen concentrar su actividad en una pequeña zona geográfica y, a diferencia de las grandes entidades financieras, siguen centrando su actividad en las funciones básicas de la banca: la captación de depósitos y la concesión de hipotecas, préstamos y líneas de crédito a empresas.
Al ser más pequeños, los bancos comunitarios no pueden ofrecer la gama de productos o las redes de sucursales de la gran banca. Por contra, gracias a su profundo conocimiento de la comunidad local, son capaces de conceder préstamos a empresas y particulares que en ocasiones no cumplen los criterios de calificación impersonales de los grandes bancos. Además, los bancos comunitarios también tienden a ofrecer mejores tipos de interés por los depósitos que los grandes bancos, como muestra un estudio de DepositAccounts.
Una banca cercana y ágil
Está claro que la estrecha relación de los empleados de los bancos comunitarios con los clientes supone una ventaja competitiva para estas entidades. El propio Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, llegó a reconocer la ventaja que supone la cercanía de estas pequeñas entidades respecto a las comunidades a las que sirven, ya que “sus altos cargos corporativos viven en los mismos barrios que sus clientes”. Por ello, según el directivo del mayor banco de Estados Unidos, “son capaces de forjar relaciones profundas y duraderas” y aportar “un profundo conocimiento de la economía y la cultura locales”, lo cual les permite “ofrecer servicios bancarios especializados y de alto nivel”.
Otra ventaja de la banca comunitaria es la agilidad. Según la Independent Community Bankers of America, estas entidades suelen tomar decisiones de préstamo más rápidas que los grandes bancos regionales o nacionales. No es de extrañar si tenemos en cuenta que las decisiones en el caso de los primeros se toman localmente, mientras que las entidades más grandes a menudo deben convocar a comités de aprobación cuyos miembros se encuentran lejos y desconocen por completo a los solicitantes.
Estos factores redundan en una mayor satisfacción de los clientes de la banca comunitaria. Según una encuesta, el 76 % de las pequeñas empresas que recibieron algún préstamo por parte de estas entidades se declararon satisfechas con su experiencia general, mientras que este porcentaje baja al 62 % en el caso de los grandes bancos.
Muy arraigada en el territorio
El arraigo de los bancos comunitarios en su entorno hace que reinviertan gran parte de sus beneficios en la comunidad, contribuyendo al crecimiento de las pequeñas empresas y la creación de puestos de trabajo locales. En el fondo, son conscientes que solo prosperan cuando sus clientes y comunidades también lo hacen.
A diferencia de lo que sucede en las grandes entidades financieras, los directivos de los bancos comunitarios no tienen que regirse por los intereses de grandes accionistas que se encuentran a miles de kilómetros. Y esto supone una diferencia fundamental, ya que, como indica la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) estadounidense, permite a los bancos comunitarios “sopesar los intereses de los accionistas, los clientes, los empleados y la comunidad local de forma diferente a como lo haría una institución más grande con mayores vínculos con los mercados de capitales”.
¿Un declive forzado?
Los cambios normativos favorables a los grandes bancos y las fusiones han reducido considerablemente el número de bancos comunitarios en las últimas décadas. En 2021 había 4.490 bancos comunitarios asegurados por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), frente a los 7.442 de 2008 y los 14.323 de finales de 1988.
A pesar de este retroceso, la banca comunitaria estadounidense sigue siendo un ejemplo de buenas prácticas en la financiación de la economía productiva. Como reconocía hace unos años Ben Bernanke, entonces presidente de la Reserva Federal estadounidense, “los bancos comunitarios desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la vitalidad y el crecimiento de sus economías locales”.
No hay que olvidar que la capacidad demostrada por estas entidades para captar depósitos a corto plazo que permitan financiar inversiones a más largo plazo es fundamental en cualquier economía. Y, como apunta un artículo de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), los bancos comunitarios pueden seguir siendo “disruptores de los bancos de mayor tamaño, bien como aliados de empresas de fintech, bien a través de sus propias innovaciones”.
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Gràcies 11Onze!!
A tu per seguir-nos Joan!!
De mica en mica eixamplant les ofertes i engrossint el teixit.
Si Francesc, a poc a poc anem enfortint llaços! Gràcies!
Molt bon article perque ens ajudi a entendre al usuaris d’onze la finalitat que té l’entitat per Catalunya i arreu.
Gràcies Cristian, anem fent camí amb la comunitat 11Onze. Pas a pas!
Radiografia d’11Onze afegint-hi uns avenços tecnològics de primer nivell i l’ esperit de servei al país que permetrà que David venci Goliat.
Gràcies.
Gràcies, Mercè, la unió fa la força! Molt inspiradora la història.
Moltes mercès🤩
Gràcies a tu Jordi, seguim!