¿Qué es la expansión cuantitativa?
La expansión o flexibilización cuantitativa es una medida de política monetaria por la cual un banco central compra cantidades predeterminadas de deuda pública u otros activos financieros para estimular la actividad económica de un país. Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿Qué efectos negativos puede tener para la economía?
La expansión cuantitativa o flexibilización cuantitativa (conocida también como QE por las siglas en inglés de quantitative easing) es una política monetaria utilizada por los bancos centrales que se usa de manera excepcional para aumentar la oferta monetaria y estimular la actividad económica cuando otras medidas, como la reducción de los tipos de interés, ya no son efectivas.
Tenemos ejemplos de esta política monetaria en las compras de miles de millones de dólares en bonos gubernamentales y otros activos por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos después de la crisis financiera del 2008, así como en las políticas monetarias implementadas por el Banco Central Europeo (BCE) a partir del 2015, ante un contexto económico de crecimiento estancado y baja inflación.
Estos programas de estímulo de la economía, basados en la compra de deuda pública —principalmente bonos del gobierno— por parte de un banco central, crean nuevas reservas bancarias, proporcionando más liquidez a los bancos comerciales y fomentan la concesión de préstamos y la inversión.
Sin embargo, también ha habido programas de compra otros activos como por ejemplo bonos corporativos, bonos de titulación de activos y bonos garantizados. Por norma general, son los bancos comerciales u otros inversores institucionales los que venden los bonos en el banco central.
¿Qué efectos negativos puede tener?
Con más dinero en circulación y una demanda creciente de activos financieros, los tipos de interés a largo plazo tienden a bajar. Esto hace que sea más asequible para las empresas y los consumidores obtener crédito, estimulando la inversión y el consumo. Al menos esto es la teoría, en la práctica depende de si los bancos ven oportunidades de conseguir altas rentabilidades de los préstamos.
De este modo, no solo puede fracasar en el estímulo de la demanda si los bancos continúan sin querer dejar dinero a las empresas y a las familias, sino que estos programas pueden favorecer la aparición de burbujas especulativas y un aumento de la inflación. Es decir, la inyección de demasiado dinero en la economía puede provocar que los precios aumenten rápidamente, creando presiones inflacionistas. Por lo tanto, cuanto mayor es el volumen de compras, su efecto positivo en la economía es más limitado.
Por otro lado, estos estímulos pueden beneficiar principalmente a los grandes inversores y a los mercados financieros, puesto que los precios de los activos, como las acciones o los bonos, tienden a aumentar. Según un informe del Banco de Inglaterra, sus políticas de expansión cuantitativa han beneficiado sobre todo al 5% de las familias más ricas, empeorando las desigualdades de ingresos y las tensiones sociales.
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