¿Por qué se han hundido las bolsas mundiales?
El miedo a una recesión en los Estados Unidos, generada después de publicarse unos datos de ocupación y actividad industrial peores de lo que se esperaba, ha creado un efecto contagio que, junto con los malos resultados de algunas empresas tecnológicas y la subida de los tipos de interés en Japón, ha provocado fuertes pérdidas en las bolsas mundiales.
El índice Nikkei de Tokio se había desplomado un 12,40%, su peor caída desde el “crash” de 1987, contagiando a otros mercados asiáticos. El lunes también se hundía Wall Street: el Dow Jones de Industriales, el S&P 500, y el Nasdaq, hasta afectar las bolsas europeas que cerraban la sesión del día en números rojos. Por su parte, el IBEX sufría pérdidas de más de un 2% de su valor, su peor sesión desde marzo del 2023.
La volatilidad de las bolsas durante el mes de agosto no es ninguna novedad, cuando los volúmenes de negociación y los creadores de mercado están bajo mínimos, pero esta inestabilidad en los mercados no se veía desde el comienzo de la pandemia sanitaria. ¿Qué estaba pasando en las bolsas mundiales?
A la sombra de una recesión
Por un lado, el viernes todas las miradas estaban puestas en los Estados Unidos después de que presentó unos datos que mostraban que en julio se habían creado menos puestos de trabajo de los previstos y que la tasa de paro había subido. Unas cifras que ponían en entredicho la fortaleza de la primera economía mundial y avivaban el miedo de los inversores a que la Reserva Federal mantuviera las tasas de interés hasta septiembre.
En los últimos meses, la economía estadounidense ha mostrado señales claras de ralentización, la cual cosa había llevado a muchos inversores a esperar que la Reserva Federal recortaría los tipos de interés por primera vez desde que empezó la crisis inflacionista. La lectura de los mercados es que la Fed ha hecho tarde a la hora de contener la inflación, lo cual puede llevar al país a una recesión.
En este contexto, ya se habla de la posibilidad de un recorte urgente de los tipos de interés por parte de la Fed, después de que el banco central estadounidense dejara pasar la oportunidad de relajar su política monetaria la semana pasada, una acción que solo puede llevar a cabo fuera de las reuniones programadas en casos extremos.
Por la otra, el índice Nasdaq recogía importantes caídas de empresas tecnológicas como Amazon, Apple, Intel, Google, Meta, Microsoft, o Nvidia, que con el lunes negro perdían en conjunto unos quinientos veinte mil millones de dólares en capitalización bursátil. La peor parte se lo llevaba el fabricante de chips Nvidia (6%), seguida de Apple (3%).
La subida de tipos en el Japón
La volatilidad y el desplome del índice de referencia en el Japón, tanto los mercados de acciones y como el de bonos japoneses se pararon, empezó la semana pasada, cuando el Banco del Japón subió los tipos de interés por segunda vez este año y anunció planes para reducir sus compras de bonos.
El consejo del banco central había decidido poner fin en una etapa de tipos negativos y situar el precio del dinero entre el 0% y el 0,1%, para hacer frente a la presión inflacionista. Esto ha supuesto un cambio en la política monetaria del Japón, donde el crecimiento económico ha estado débil durante años y donde el banco central anteriormente se había negado a subir los tipos por miedo que pudiera provocar una recesión.
Parece que los peores augurios que algunos expertos sostenían hace unas semanas, que cualquier inestabilidad en el país con la deuda más grande en relación con el tamaño y la producción de su economía podría desencadenar una reacción en cadena en los mercados financieros globales, no iban muy desencaminados.
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