Cada vez son más frecuentes los fenómenos meteorológicos extremos. Tan pronto llueve demasiado como no cae ni una gota durante meses. Como defiende Coral Santacruz, ingeniera química y miembro del equipo de marketing de 11Onze, es necesario un consumo racional del agua para garantizar el suministro y contribuir a frenar el cambio climático.

Las lluvias de marzo y abril están haciendo que mejore “un poco” la situación de los pantanos en nuestro país después de unos cuantos meses anormales en que “casi no ha llovido”. Así lo explica Coral Santacruz en un nuevo capítulo de Territori 17.

A pesar de esta mejoría, la ingeniera química y miembro del equipo de marketing de 11Onze destaca que no podemos olvidar la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros a la hora de conservar un bien tan preciado como el agua: “Tan importante es que llueva como que cuidemos la forma en que consumimos esa agua”.

Si bien es cierto que en Cataluña los sectores industrial y doméstico “consumen aproximadamente un 20% de agua y el 80% restante se consume en el sector agrícola”, todos podemos aportar nuestro granito de arena para evitar el derroche de agua en los hogares, razona Santacruz: “Pensamos que solo nuestra persona no afecta al global, pero si todo el mundo adopta ciertos hábitos, conseguiremos mejorar mucho también el cambio climático”.

El binomio del agua y el plástico

Como explica la ingeniera química, un problema vinculado al consumo de agua es todo el plástico que se genera con el agua embotellada. Para hacernos una idea del alcance de la tragedia que supone para el medio ambiente, aporta un dato estremecedor: “En los últimos 70 años hemos vertido más de 150 millones de toneladas de plástico a nuestros ríos, mares y océanos”.

De hecho, si no ponemos freno, “llegará un momento en que habrá más plástico que peces en el mar”. Y se debe tener en cuenta que “el plástico tarda mucho tiempo en degradarse”. Además, estos plásticos incluso pueden llegar a nuestro organismo porque los peces y otros animales del ecosistema marino “acaban ingiriendo microplásticos”, afirma Santacruz.

La opción del agua filtrada

Para contribuir a reducir la generación de plásticos, la ingeniera química defiende sustituir el consumo de agua embotellada por agua del grifo filtrada, puesto que los filtros permiten eliminar “muchas impurezas”. Además, como explica Coral Santacruz, “retienen el cloro y la cal, las principales impurezas que provocan el mal sabor del agua del grifo”.

La miembro del equipo de marketing de 11Onze también incide en el impacto que tiene este ahorro de agua y plástico en la economía doméstica gracias a la utilización de filtros: “Si realmente hiciéramos el cálculo, nos daríamos cuenta de todo el que ahorramos al año” por “todas estas botellas” de agua que se dejan de comprar.

La realidad es que cada vez van más ligados el factor económico y el tema medioambiental. Cómo dice Coral Santacruz, “al final todo afecta, todo está relacionado”.

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