Reducir el impacto ambiental de los detergentes
Los detergentes que utilizamos para hacer tareas cotidianas, como lavar platos o poner una lavadora, son un bien básico del cual no podemos prescindir. Pero quizás no somos suficientemente conscientes del impacto ambiental que tienen los detergentes convencionales y de cómo pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo pueden ayudar a preservar los recursos hídricos del planeta.
Desde que se empezó a usar jabón para lavar la ropa se ha dejado una huella en el entorno. Aun así, no fue hasta a partir del año 1907, cuando la empresa alemana Henkel empezó a vender el primer detergente en polvo, Persil, añadiendo al jabón tradicional perboratos, silicatos y carbonatos sódicos, y unos años más tarde con la introducción masiva de los detergentes sintéticos que se creó un grave problema medioambiental.
Se trata de productos químicos con fórmulas complejas que contienen ingredientes que tienen varias funciones más allá de la acción limpiadora propiamente dicha. Algunos de los ingredientes más comunes en los detergentes convencionales pueden ser altamente perjudiciales para el medio ambiente, pero hay alternativas en el mercado que hay que considerar.
Biodegradable no siempre significa ecológico
Como pasa con las etiquetas de productos “eco”, cuando algunos fabricantes de detergentes utilizan el adjetivo “biodegradable” como reclamo comercial, a menudo se trata de productos que solo cumplen unos mínimos requeridos por la ley vigente, sin embargo, no son necesariamente detergentes 100% biodegradables.
Mientras que, por ejemplo, el 2004 la Comisión Europea prohibió a los fabricantes de detergentes emplear surfactantes para productos de limpieza doméstica que no se biodegraden rápidamente, otros ingredientes potencialmente tóxicos, como los fosfonatos o blanqueantes ópticos, no están requeridos a cumplir ningún estándar de biodegradación.
Dicho esto, es verdad que hay detergentes elaborados con criterios ecológicos, mayoritariamente biodegradables, que contienen materias primas de origen vegetal que resultan mucho más seguras para la salud y no afectan tan negativamente la pureza del agua. Generalmente, están libres de fosfatos y parabenos, y no se añaden colorantes innecesarios.
Envasado y transporte sostenible
Los detergentes para la lavadora y el lavavajillas a menudo vienen en envases de plástico que generalmente no son reutilizables ni reciclables. En un mundo donde diariamente se producen más de 300 toneladas de plástico, no podemos ningunear el volumen de residuos plásticos provenientes de la compra mensual de detergentes domésticos.
En este sentido, también hay un número creciente de fabricantes de detergentes ecológicos que toman medidas para reducir el impacto ambiental del envasado de sus productos, libres de plástico, así como en cuanto al transporte y logística de producción.
Teniendo en cuenta que el 80% de los detergentes líquidos es agua, y las consecuencias para el medio ambiente que esto comporta en consumo de combustible y emisiones de CO₂ emitidas durante el transporte de estos productos, se entiende el auge de los detergentes concentrados, sólidos, y en tiras entre las personas que practican un consumo consciente.
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Ja fa mig any que l’utilitzo ,es comode,pràctic, deixa la roba neta I suau
I ara probare el fregaterra
Doncs jo també l’hauré de provar!
Merci
A tu, Jordi!
👌
🙌
La veritat és q Natulim, es un producte còmode d’utilitzar, el reps a la bústia en envàs de cartró i es tant eficient o més q un de convencional.
Carai Manuel, jo ja tinc ganes de provar-lo!! Moltes gràcies per explicar-nos la teva experiència.